viernes, 12 de mayo de 2017

El evangelio de Mateo


 
 
Carácter literario de la obra.

Seguramente la característica más peculiar de este evangelio son los discursos en los que el evangelista reúne gran parte de la enseñanza de Jesús.

Sermón de la Montaña (5,7); sus últimos versículos dicen así “Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas (7, 28, 29)

Discurso Apostólico (c 10); su fórmula conclusiva es la siguiente: “cuando Jesús acabó de dar instrucciones a  sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades (11,1)

Discurso parabólico (c13) El evangelista encierra el discurso en estas palabras: “cuando Jesús acabó estas parábolas partió de allí” (13, 53)

Discurso eclesial o del gobierno de la Iglesia (18) esta colección de dichos de Jesús termina del modo siguiente: “cuando acabó Jesús estos discursos, partió de galilea y vino a la región de Judea” (19,1)

Discurso escatológico (24, 25); su conclusión dice: “cuando acabó Jesús todos estos discursos dijo a sus discípulos... (26,1)

Se considera la obra de Mateo como el evangelio doctrinal por excelencia, pues en él se recoge la enseñanza de Jesús de forma más sistemática que en los sinópticos de Lucas y marcos, y además viene presentada con una mayor solemnidad.

Las recomendaciones e indicaciones de Jesús ocupan sólo cuatro versículos en Marcos. Pues  bien, en Mateo estas instrucciones de Jesús forman un verdadero discurso, son treinta y ocho versículos (Mt 10). Es claro que el primer evangelista consideró más adecuado reunir aquí todos los otros dichos de Jesús referente a la misión apostólica,  no sólo aquellos que se referían a la predicación de los doce en Galilea.

Esto resulta evidente si leemos los versículos  donde Jesús les anuncia que serán perseguidos: durante el ministerio público de Jesús los apóstoles no fueron azotados en las sinagogas  ni comparecieron ante gobernantes y reyes ni fueron asesinados. Estos sucesos ocurrieron después de la resurrección de Jesús, cuando comenzó la difusión del cristianismo. Es fácil deducir que Mateo, encontrando estos dichos en lugares diferentes, los reuniera para confeccionar un discurso sobre la misión de los apóstoles.

Otra de las características de este evangelio son los pasajes dedicados a la infancia, donde afirma la concepción virginal de Jesús.

Estos relatos están narrados desde la perspectiva de José, y pueden tener su origen en los círculos de la familia de aquel que tuvo en la tierra la responsabilidad paterna de Jesús. Este evangelio mateano de la infancia nos transmite sucesos que sólo conocemos por él: visita  a los magos, matanza de los inocentes, huida de Egipto. En cuanto a los relatos en general, las características más significativas son: brevedad, sin nombres propios, sin anécdotas o notas pintorescas, poco visuales, hieratismo, claridad de composición por eso, el estilo es formal, utilizando giros y fórmulas de transición repetidas a lo largo del libro: “en aquel tiempo” “entonces” “desde entonces”. La composición del libro tiene la finalidad de que sea leído públicamente.

Por otro lado,  Mateo tiene interés en mostrar que Jesús es el Mesías prometido en el Antiguo Testamento; por ello, cita o hace referencia a numerosos pasajes veterotestamentarios donde identifica el cumplimiento de lo anunciado en la vida, pasión y muerte de Jesús de Nazaret. Su evangelio contiene unas cincuenta citas de estos textos sagrados y más de doscientas cincuenta alusiones o paralelos verbales con el texto del Antiguo Testamento. La mayoría de las referencias veterotestamentarias son introducidas con la formula “… para que se cumpliera lo dicho por el profeta” Dichas referencias y citas no sólo son signo del gran acontecimiento que tenía el evangelista de los libros sagrados judíos, sino sobre todo que escribe para cristianos procedentes del judaísmo.

En cuanto al esquema geográfico y cronológico del primer evangelio es el mismo que aparece en Marcos.

Los recursos literarios utilizados por mateo son de estilo semítico.

Las inclusiones consisten en repetir palabras o expresiones al comienzo y final de un relato o sección  para llamar la atención sobre el contenido. Así, en el llamado evangelio de la infancia, Jesús es presentado como “Dios con nosotros” (Emmanuel), y al final del evangelio se subraya esta presencia a lo largo de la historia: “yo estoy con vosotros todos los días”

Los paralelismos: se han clasificado según tres tipos: sinonímico, antitético y sintético. El más frecuente es el antitético: “lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”

Los quiasmos un paralelismo en forma de X: “quien quiera salvar su vida la perderá; pero aquel que la pierda por mí, la encontrará.”

Las palabras nexo: ayudan a retener en la memoria las sentencias no asociadas por su contenido, recuérdese la repetición del término “bienaventurados” al comienzo del Sermón de la Montaña. Las agrupaciones numéricas, que facilitan la memorización; caben destacar el número 7, que aparece en las parábolas, las peticiones del Padrenuestro, las veces que hay que conceder el perdón. Los ayes contra los escribas y fariseos el número 3; los tres grupos de catorce antepasados en el grupo de la genealogía de Jesús, tres tentaciones, tres clases de obras buenas; el número 5: cinco grandes discursos, cinco mandamientos llevados a su plenitud, cinco clases de enfermos curados por Jesús.

Las repeticiones de fórmulas que sirven para destacar la importante y resaltar la unidad, ej: “engendró” o las famosas antítesis del sermón de la Montaña: “habéis oído que se dijo” “pero yo os digo”