martes, 26 de mayo de 2015

El PP pierde cinco millones de subvención pública para sufragar la campaña electoral






Gráfico de Raúl Díaz Poblete

España no mejorará mientras la solución siga en manos del problema. Nuestros representantes políticos ya no nos representan en su particular democracia que es de cartón piedra, no hay gobierno, ni oposición ni comparsas que defiendan los intereses del pueblo. La oligarquía vive cómodamente instalada mangoneando las arcas públicas y los ladrones instalados en los partidos políticos se forran. Ha llegado el momento de que los ciudadanos ocupen el vacío de poder ejerciendo de contrapoder. No queda otra: ¡a por ellos y que se marchen todos! No será fácil, por la cuenta que les trae.



¿Por qué cada vez hay más multimillonarios y, a la vez, más pobres en España? La respuesta la tiene nuestro sistema. Multitud de nuevos ricos españoles han labrado su fortuna de forma corrupta.

La caída del PP en los resultados se traduce en una caída en su asignación. En concreto, ha pasado de los más de 21 millones que recibió por escaño y voto, entre municipales y autonómicas, en 2011, a poco más de 16 millones, lo que supone una pérdida de cinco millones de euros. Además, tanto entonces como ahora, recibe unos 9 millones para sufragar el envío de propaganda electoral. En total, el reparto electoral les asignaría, si pueden justificar esos gastos, unos 25 millones de euros.

Según un
artículo publicado en El País -la página web del partido no muestra su presupuesto de campaña- habían asignado a estas elecciones 20,5 millones de euros.

El problema principal de España es la actual casta política, que ha convertido a España en un coto privado donde solo tiene derecho a cazar la partitocracia. La casta está fomentando la desigualdad en España.

Los abusivos y confiscatorios impuestos, que por una parte sostienen al Estado clientelar y a la casta pero por otra empobrecen o arruinan a las familias, las pymes y los autónomos.

Y la corrupta política de subvenciones, utilizada por la partitocracia como instrumento de redistribución de la pobreza o, mejor dicho, de concentración de la riqueza en unas pocas manos (las de los políticos y sus allegados), y como herramienta para comprar votos clientelares.

Por si esto fuera poco, la hucha de las pensiones cada vez tiene menor peso y, por consiguiente, el cobro de las mismas por parte de las próximas generaciones de pensionistas no está garantizado. Debido a este motivo, el efecto de la desigualdad también puede llegar en la vejez.

Si no cambiamos radicalmente nuestro corrupto sistema político-económico, los españoles cada vez estaremos más alejados los unos de los otros a nivel económico, social, educativo, etc., pudiendo llegar a conformar una sociedad al estilo sudamericano…



Ha llegado el momento ¡¡A por ellos!! A nadie se le pide actos heroicos ni tan siquiera insumisión ni tan siquiera el derecho al pataleo que por separado, cada uno a lo suyo, no sirve de nada. La solución, sí la hay, está en la convicción de hacernos oír, todos a una, y que en Europa se enteren, de una vez por todas, que los ciudadanos de este país hemos sido engañados por nuestros políticos y por los rateros del poder económico. Han endeudando las arcas públicas hasta la estratósfera con deuda odiosa. Han de saber, alto y claro, que no estamos dispuestos a someternos como borregos que van al matadero.







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