domingo, 3 de noviembre de 2013

Un obispo sin sacerdotes es como un entrenador sin futbolistas

Un obispo sin sacerdotes es como un entrenador sin futbolistas

Parece ser que según la información publicada por un diario gallego el mayor índice de secularizaciones de curas jóvenes, 8 en los últimos años con solo 2 ó 3 de ministerio lo tiene el de Mondoñedo Ferrol.

  La Diócesis de Mondoñedo-Ferrol, la de la Galicia do Norte, un territorio que se extiende desde la desembocadura de los ríos Xuvia y Belelle hasta la del Eo, y que tiene su corazón (si no geográfico, sí al menos espiritual) en la Terra Chá luguesa, cuenta con 117 sacerdotes, a los que ayudan seis religiosos, para atender 422 parroquias. Y en la actualidad solo cuenta, en el Seminario Mayor, con cuatro seminaristas que se preparan para ordenarse. Son datos difundidos por el Obispado, en vísperas del Día de la Iglesia Diocesana, que se celebró, el  domingo 18 de noviembre del 2012.

Curia es la "casa del Kyrios" o Señor, con sus departamentos, habitaciones y servicios. En sentido estricto, en la Curia sólo hay un Kuros o Kyrios, y los demás son servidores. Ésta es una palabra que cuadra con la administración del Vaticano, que nació en su forma actual tras el Concilio de Trento.


Esa administración curial ha funcionado, pero ahora parece absolutamente en Crisis.

Francisco habló de la necesidad urgente de que la Igelsia salga de sí misma, hacia la periferia.
"Hay que salir a experimentar nuestra unción, su poder y su eficacia redentora: en las «periferias» donde hay sufrimiento, hay sangre derramada, ceguera que desea ver, donde hay cautivos de tantos malos patrones", dijo.

La Iglesia se tiene que organizar de otra manera. Se les tiene que dar más poder de participación a los laicos. Más presencia a las mujeres. Más autoridad a las Conferencias Episcopales en el gobierno general de la Iglesia. La Curia Romana tiene de cambiar de manera radical.

Me gustaría ver un obispo Más cerca del mensaje y vida de Jesús (hombre de plazas y caminos, siempre al aire libre de la vida) está la imagen donde Jesús realizó su tarea y donde puede surgir la nueva comunión no impositiva de los hombres, desde una comunión abierta a todos. Éste es el “mercado universal”, sin imposición de un capital superior, sin ...distinción de clases, un mercado en el que todos pueden comunicarse con todos, pues tienen el mismo Espíritu Santo, es decir, la fuerza de la vida. Esta es la tarea de la iglesia actual: vitalizar mesiánicamente el mercado de la calle, el caos, como hicieron los primeros cristianos.
Los seguidores de Jesús rompieron los muros antiguos de la estructura imperial y empezaron a comunicarse de un modo inmediato, en actitud de gracia, creando relaciones de convivencia directa, de manera que cada uno era Dios para el otro, por encima del imperio o del templo. Así formaban una red de gentes que se iban reuniendo para hablar y convivir, como en una plaza (cf. Ap 22, 2), donde se relacionaban directamente, sin intermediarios o representantes superiores.Sólo en este contexto es posible hablar de la “fe en el Espíritu Santo”, el Espíritu de Dios que actúa a través de las personas, allí donde se aman y comparten un camino, dialogando entre sí, sobre la gran plaza abierta de la vida.

Monseñor, necesitamos un gesto que refleje claramente que no viven ustedes ajenos a esta tremenda crisis que tanto hace llorar y sufrir. Un gesto que demuestre a las claras que, además de Caritas y de todo el aparato socio-caritativo, la jerarquía quiere que la Iglesia siga siendo la punta de lanza en la lucha para paliar los dramáticos efectos de la crisis.
Ya llegamos tarde, como siempre, al tema de los desahucios. Un tema en el que el cardenal Rouco cambió radicalmente de idea: Primero mandó expulsar a los desahuciados encerrados en La Almudena, para terminar pidiendo públicamente una solución "justa, equitativa y solidaria" a su drama.

La iglesia católica puede hacerlo. Tenemos una inmensa red de locales e instituciones repartidas por toda la geografía nacional. Tenemos recursos disponibles y voluntarios (millones de voluntarios) dispuestos a hacerse cargo de ellos. Lancen una cruzada solidaria. Salgamos a las calles a invitar a las bodas. Carguemos con los desheredados, como el buen samaritano. En eso, sólo en eso, nos reconocerán como discípulos de Cristo. Y si no damos trigo en las duras, no esperemos que nos escuchen predicar en las maduras. Ésta es la nueva evangelización que se está esperando en la calle como agua de mayo

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