martes, 5 de noviembre de 2013

Así funciona un gobierno incompetente

Residentes del entorno de la calle Atocha, en Canido, han denunciado el riesgo de caída sobre los viandantes de cascotes procedentes de la fachada de un edificio en ruinas que se desplomó hace más de dos semanas. Dada la cercanía de dos colegios y, sobre todo a las horas de entrada y salida, los pequeños y sus padres deben pasar pegados prácticamente a la pared del inmueble. Critican además que solo se haya colocado una valla temporal, fácilmente desplazable. «No es la solución, porque el peligro en vez de solucionarlo lo han agravado», denuncia un vecino, que critica además que se haya quitado el contenedor de la basura, al no poder pasar el camión de recogida.

Este inmueble ruinoso del que a diario se desprenden piedras sobre la vía pública está resultando ser un auténtico quebradero de cabeza para los vecinos de la zona del Crucero de Canido y también para la Policía Local de Ferrol. Los primeros porque temen que cualquier día ocurra un derrumbe que pueda causar una desgracia y los segundos porque tienen que reponer varias veces al día las cintas de vallado y la señal de prohibido circular.
El problema se sitúa en el entronque de las calles Atocha y San Diego, a pocos metros del Crucero de Canido.
Vecinos de la zona se muestran realmente preocupados por el riesgo que representa el ruinoso estado de un edificio abandonado, del que solo queda en pie parte de las paredes de la fachada, pero cuyo interior está repleto de piedras, escombro y maleza, que amenazan con desplomarse sobre la vía pública. De hecho, cada día se ven montones de piedras, algunas de considerables dimensiones, y tierra en el borde de la calzada, y ya se vivieron momentos de peligro real, como el que tuvo lugar hace unos días, cuando un vehículo quiso esquivar las piedras y estuvo a punto de atropellar a dos peatones.
La situación se ve agravada por el hecho de que en las proximidades hay dos colegios, el Cruceiro de Canido y el San Rosendo, por lo que habitualmente pasan muchos niños por la zona.

Por más que se empeñen más que de la España de la rebelión tendríamos que hablar de la España del hastío. En nuestras calles se expanden, como una densa niebla, las brumas de la consternación, del conformismo.

A Mariano Rajoy, el hombre que prometió con palabras calculadas, fotografiándose con aire de oportunista e indudable asimilación del “en política todo vale” ante la cola del INEM, que cuando gobernara bajaría el paro, le cabe el dudoso honor de batir el record del número de desempleados en España.

En España, ahora mismo y precisamete con motivo de la crisis, nuestros gobernantes han organizado las cosas de manera que cada día aumenta el número de personas que rebuscan lo que pueden en los contenedores de basura, para ver si dan con algo que les haga soportable el hambre que arrastran y les arrastra desde hace meses, quizás años.

Es evidente que en España, ahora mismo, hay demasiada gente que está sufriendo más, bastante más, de lo que humanamente se puede soportar. Es imposible hacer la lista de gentes que sufren. Y más complicado aún, exponer los motivos por los que sufren. Pero el hecho es que llevamos un año espantoso. Y se nos avecina otro que seguramente será todavía peor.

Los gobernantes del Partido Popular no son capaces ni de solucionar los pequeños problemas cotidianos de un barrio y pretender solucionar la crisis de un país…


¿Esto tiene alguna explicación? ¿Cómo se entiende que quienes se nos presentaron como salvadores de la patria y promotores de los más rectos valores y de la más ortodoxa religión, ahora nos estén gobernando en solitario y por decreto ley, recortando derechos, sueldos, puestos de trabajo, maltratando la educación, la sanidad, humillando a tantas familias, crispando a la sociedad cada día más, haciendo más difícil el recurso a la justicia..... ¿Qué demonio está pasando aquí? ¿Estamos locos los que nos quejamos?

Y seguirán los recortes, y los engaños, y las verdades a medias. Cada día nos controlarán más y más los medios de comunicación, la policía será más “eficaz” para meter en cintura a los “anti-sistema”, los ministros nos seguirán asombrando con sus inesperadas decisiones, los banqueros ganarán más cada año, nuestro fútbol continuará siendo el mejor del mundo. Habrá manifestaciones y protestas. Pero los que mandan saben que eso no les hace pupa. Y se nos dirá siempre que se hace lo que se tiene que hacer “por el bien de España.

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