jueves, 16 de mayo de 2013

Las mujeres en la Iglesia





LAS MUJERES EN LA IGLESIA DE PABLO
Pablo emplea la palabra sunergon para referirse a las mujeres, Evodia y Sintique: "ruego a Evodia y a Síntique que sean de un mismo sentir en el Señor. Asimismo te ruego también a ti compañero fiel, que ayudes a estás que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida (Fil 4:2-3). Pablo presenta aquí el ministerio como un combate: " Solamente os ruego que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que, sea que vaya a veros o que este ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en el Espíritu, combatiendo unanimes por la fe del evangelio" (fil 1:27), y en este combate Pablo considera por igual a sus colaboradores, sean hombres o mujeres, puesto que usa las mismas palabras y las mismas expresiones. Otras expresiones a las que llama sumergoi, es decir colaboradores, son: Epafrodito, aristaco, Marcos, Jesús, llamado Justo (Col 4:10,11)

Para pablo el colaborador es más que un ayudante subordinado a él, es un colega situado en una posición de autoridad similar a la suya propia, puesto que está palabra puede significar simplemente un ayudante si se usa en el caso dativo, pero en el caso genitivo, que Pablo usa para referirse a estás personas, significa una persona del mismo oficio, un colega. en el caso de Evodía y Sintique esta posición en el ministerio es lo que puede destruir la unidad de la iglesia si no arreglan sus desacuerdos. Aunque no aclara el desacuerdo de ambas, su apelación a ellas en una carta dirigida a la iglesia en general indica que no se trata solamente de asuntos privados.

Mas bien la diferencia entre ambas amenazaba la unidad y el bienestar de la iglesia. Probablemente tenía que ver con cuestiones de fe, adoración o ética, que se reflejaban en los puntos de vista que expresaban en la congregación en la que está carta iba a leerse. Así el Apóstol implica la preminencia de ellas en la iglesia y también el derecho que tenían de expresarse como destacados miembros de la congregación. Es significativo que Pablo en este caso, no use los mismos argumentos que usa para la situación en la iglesia de Corinto donde manda a las mujeres que guarden silencio y pregunten a sus maridos.
Pablo menciona también a cuatro mujeres que trabajaban en la obra del Señor: María, Trifena, trifosa y Pérsida (Ro. 15:6,12). El verbo que usa Pablo para referirse a estás mujeres es Kpiao, el mismo que usa para referirse a su propia obra de evangelización y enseñanza, y a aquellos, como la familia de Estéfanas, que se dedican al servicio de los "santos", es decir, a "ministrar". Y Pablo exhorta a los Corintios a que se sujeten a personas como los miembros de está familia, porque trabajan, al igual que, Maria, Trifena, Trifosa y Pérsida, ministrando a los santos,, por lo que observamos que para Pablo, los hombres y las mujeres pueden tener idénticas posiciones en el ministerio.

Las vidas de estas mujeres demuestran que la afirmación de que, debido a que Eva asumió indebidamente el liderazgo y que, como consecuencia de las catastróficas consecuencias que de este hecho se derivaron, pro determinación divina, nunca más las mujeres podrían asumir el liderazgo sobre el hombre, porque el desastre se volvería a repetir, es falsa. Sí tal teoría fuera cierta, en algún lugar de las Escrituras encontraríamos la desaprobación de Dios a la actuación de estás mujeres.
Lutero intentó poner límites a la doctrina del sacerdocio universal, arguyendo que las mujeres cristianas poseen todos los derechos del sacerdocio, pero que se les niega la práctica publica del mismo por defectos prácticos, ya que por naturaleza están poco capacitadas para dicho ejercicio. Una de las que sin duda, demostró la falta de argumentos de estos argumentos, fue Catherine Zell, casada con Matías Zell, uno de los reformadores de Estrasburgo, quien no dudo en coger la pluma y defender públicamente el derecho de las mujeres a hablar con autoridad. En sus escritos usó los textos de Gálatas 3:28 y Joel : 1-5 para Justificar el derecho de las mujeres.

Además estoy convencido de que las mujeres participaron en la última cena. El día de la institución de la Eucaristía, Jesús, como nos narra Juan, le pidió a él y a Pedro que prepararan lo necesario para la celebración de la Pascua. Pedro y Juan, en poco tiempo no habrían podido hacerlo todo ellos solos; se tenía que comprar el cordero, limpiarlo y cocerlo; hacía falta preparar los panes ácimos y las hierbas amargas. Los dos discípulos fueron ayudados por Nuestra Señora y las pías mujeres. En el octavo capítulo del Evangelio de Lucas leemos que estaban con Jesús y los Doce: María Magdalena, Juana y Susana, que había sido libradas del demonio y de otras enfermedades, y otras mujeres que no se nombran, que servían a Jesús y a los apóstoles con sus bienes. Estas mujeres, junto a Nuestra Señora, acompañaban siempre a Jesús y formaban una comitiva que lo seguían. Los apóstoles no podían pensar en las provisiones, en la comida y en buscar los lugares donde dormir, en esto pensaban sus hermanas, pero sobre todo la Madre de Jesús que se prodigaba para que todo fuese preparado con cuidado y del mejor modo posible. Desde el momento en que solo Nuestra Señora sabía para que serviría aquella sala, ella se puso humildemente al servicio de Dios Hijo como cocinera y sirvienta, limpiando y adornando con amor la sala para la Pascua. Era consciente que la vida de su Hijo se encaminaba a su final y que tendría que afrontar la captura, la pasión y la muerte.

Muy acertadament e expone Xabier Pikaza en su blog:

"Conforme al recuerdo y testimonio de la iglesia, los Doce enviados testigos prepascuales del Cristo han fracasado de algún modo, de manera que la iglesia no puede fundarse exclusivamente en ellos. En la prueba final sólo han seguido a Cristo las mujeres, simbolizadas en una especial que le ha ungido para la muerte (Mc 14, 3-9) y concretadas en aquellas que dan testimonio de su entierro y de la tumba abierta (cf Mc 15, 40-47; 16, 1-8 ). Ciertamente, la experiencia pascual de los apóstoles varones que, ante la manifestación de Jesús vencen la antigua incredulidad, es también fundamental en el principio de la iglesia, como sabe 1 Cor 15, 1-8. Pero ella no puede separarse de la experiencia y misión de las mujeres, como se puede ver en texto crucial de Hech 1, 14. Sólo la necesidad, por otra parte comprensible, de la predicación del mensaje a los judíos hará que se deje un poco al margen la función de las mujeres en el surgimiento y estructura primera de la iglesia. .
Dios no es macho ni hembra, no es varón ni mujer, es divino"


Coincide con él  también  Antonio Cruz: "Si esto es así, ¿por qué entonces el Señor Jesús no escogió a ninguna mujer para que formara parte del grupo de los Doce? Hay que tener en cuenta que la institución de los doce apóstoles fue una acción profética y simbólica llevada a cabo por el Maestro. Su propósito consistió en mostrar al mundo, especialmente a los judíos, que con tal elección empezaba el nuevo pueblo de Israel. Por eso tuvo que escoger a doce varones que recordaran a los doce hijos de Jacob y, por tanto, a las doce tribus de Israel. Jesús sabía que así los hebreos entenderían mejor el mensaje que deseaba transmitirles, que con su venida y la predicación apostólica empezaba la Iglesia cristiana, es decir, el nuevo Israel, el nuevo pueblo de Dios."
 Sin duda este es un tema escabroso que levanta los ánimos y causa divisiones y contiendas pero es un tema bíblico que debe ser tratado con tacto y respeto especialmente hacia las mujeres que son vasos tan útiles y de bendición en la iglesia de Cristo.   Hay dos 'escuelas de interpretación' principales en torno a este asunto, los Igualitarios y los Complementarios. En esta breve reflexión miraremos las bases para cada una de las interpretaciones, daremos un poco de trasfondo histórico del porque de la diversidad de opiniones,  presentaremos nuestro parecer al respecto y finalmente daremos contestación a su pregunta de 'Si la mujer debe callar en la congregación' y veremos de forma general en que formas bíblicas las mujeres pueden aportar positivamente a la obra de Dios con sus dones y talentos. 

Jesús siempre reaccionó contra todas las desigualdades de que eran víctimas las mujeres. Por ejemplo, en el caso de la mujer sorprendida en adulterio (Jn.8:1-11) se enfrenta a la doble moral que los escribas y los fariseos practicaban y que servía de apoyo para mantener privilegios masculinos. Pero es interesante que para eso no recorrió a costumbres legalistas, puesto que la ley establecía el mismo castigo para el hombre que para la mujer (Lv.20-10) y requería además, dos testigos (Dt.19-15), sino que apeló a principios espirituales: << El que de vosotros Esté sin pecado sea el primero en tirar la piedra en contra de ella>>.
           
Jesús por otro lado, enseñó tanto a los hombrees como a las mujeres(Mt.14:13-21), e incluso permitió que algunas de ellas lo acompañaran a lo largo  de su ministerio(Lc.8:1-3).
           
Los Judíos non ensañaban la Torah a las muujeres y en el templo levantado por Herodes, las mujeres estaban separadas de los hombres. Conforme   la Mishna, o patio de las mujeres estaba no sló mas lejos del lugar Santísimo que el patio de los hombres, sino que, además se encontraba quince escalones más abajo.
           
Jesús  sin embargo, no dudó en usar el mundo femenino en las parábolas, como la de la levadura (Mt13-33), el de las vírgenes (Mt. 25. 1-3), la de la viuda y el juez injusto(Lc.18:1-15) o la comparación del reino con la parturienta (Gn16:21). Entre todas destaca, sin duda, la da humilde ama de casa que barre todo su hogar hasta que encuentra  la moneda perdida.(Lc.15-8). Por otro lado, en comparación con costumbres de la época, donde las relaciones entre hombres y mujeres estaban muy restringidas, las relaciones de Jesús con las mujeres fueron tan abiertas, que sen duda sorprendían y escandalizaban.
           
Otro ejemplo importante donde Jesús rompe los tabús del sistema, es la curación de la mujer con flujo de sangre (Mr. 5:25-34). Según la ley, durante la menstruación la mujer no sólo se volvía impura, sino que contaminaba todo lo que tocaba. Esta mujer, por lo tanto, debía vivir prácticamente al margen de la sociedad, pues padecía esta enfermedad desde hacía doce años.
           
Jesús dejándose tocar por una mujer impura demuestra que el cuerpo femenino es parte de la buena creación de Dios.
           
Pero sin duda uno de los hechos que mejor demuestra el concepto que Jesús tenía de las mujeres, tiene que ver con su resurrección. En el judaísmo, la mujer no tenía derecho a prestar testimonio, puesto que según los rabinos, de Génesis  18-15 se desprendía que era mentirosa.
           
Jesús, sin embargo, haciendo caso omiso de estas creencias denigratorias sobre las mujeres, las escogió como primeros testigos de la resurrección (Mt28:9-10;Jn 20:11-18), haciéndolas  non sólo las primeras receptoras del mensaje del cristianismo, sino también las primeras predicadoras del mismo (Mt 28:10), derecho y privilegio que más tarde y aún hoy en día sus seguidores varones niegan a las mulleres.

 
  Gracias a Dios por las mujeres que estuvieron cerca del sepulcro aquel domingo en la mañana cuando Jesús resucitó y pudieron anunciar a los Apóstoles de este importante suceso (Mateo 28:8-10).  Gracias a Dios por mujeres como Priscila que pudieron saber hablar a un Apolos (Hechos 18:25-26) para que el Evangelio fuese predicado más correctamente. 
 
 Veinte siglos después del nacimiento del Cristianismo, dos siglos y medio después del feminismo como teoría de la igualdad y movimiento social de lucha por la emancipación de las mujeres, me parece escandaloso que la Iglesia no solamente no se haya movido en dirección a la igualdad, sino que está dando pasos cada vez más rápidos hacia la desigualdad.Las mujeres son en la Iglesia la mayoría, y curiosamente una mayoría silenciosa y silenciada. Son las que se llevan la peor parte. No son considerados sujetos morales, ni religiosos, ni visibles, ni sacramentales, ni eclesiales, ni teológicos. Son marginadas en todos los sentidos.La marginación de la mujer es la gran blasfemia del Cristianismo. Pero curiosamente se da un fenómeno muy peculiar.Pese a todo lo dicho, las mujeres son las más fieles seguidoras de las orientaciones jerárquicas. La teología feminista es una de las grandes esperanzas del futuro de la Iglesia. Sin embargo, la jerarquía reacciona y acaba por ahuyentar a las mujeres, igual que ha hecho con los jóvenes y los intelectuales
 
El estudio de toda la escritura y en especial de lo que Pablo realmente escribió, demuestra que él no enseño un papel de subordinación para la mujer, ni la relegó en su posición de inferioridad. él escogió cuidadosamente sus palabras cuando escribió acerca de la mujer, desafiando los roles sociales que desempeñaban las mujeres en su tiempo, y la filosofía y teología que los sustentaban. sin embargo, sus palabras han sido interpretadas de forma que se usan para interpretar los mismos roles que el desafió.
¿Cómo pudo ocurrir el cambio? La repuesta está en que la iglesia post apostólica interpretó sus escritos a través de la cultura y costumbres de su época. En un sentido, leyeron a Pablo a través de los ojos de Aristóteles, de Platón, de los estoicos, e incluso, como Irineo y Jerónimo, de los escritos rabinicos, de ahí que vieran en la mujer un ser inferior, nacido para obedecer, necesitando tutela, e incapaz, por su propia naturaleza, de asumir ninguna actividad que implicara el ejercicio de la autoridad o el liderazgo.
Los padres de la iglesia consideraron sin excepción a Junia como apóstol femenino. A partir de la Edad Media, se interpretó su nombre, con frecuencia creciente, como nombre de varón porque no se quería admitir que una mujer hubiera sido apóstol en los primeros tiempos de la iglesia y fuera calificada por Pablo como "ilustrísima entre los apóstoles". El capítulo 16 de la Carta a los Romanos arroja luz sorprendente sobre un campo del que ninguna otra fuente nos ofrece informaciones. Partiendo de cuanto nos dice Pablo podemos suponer con seguridad que supo ganar un gran número de colaboradoras para su misión. esto nos permitirá apreciar los carismas de la mujer al servicio de la predicación del evangelio, y a entender en toda su amplitud el programa formulado por él en Gal 3,28 " Ya no hay hombre ni mujer"
 
Los que enseñan que el hombre y la mujer son iguales tanto en ‘creación’ como en ‘función’ y no existe diferencia ni limites entre los sexos en cuanto a lo que la mujer puede hacer. Estos se conocen como 'Igualitarios' y son más liberales en su interpretación.  Ellos no reconocen que halla ninguna limitación para la mujer en la Biblia y por lo tanto otorgan igual acceso a la mujer como al hombre a todas las oficinas eclesiásticas. El texto más usado para defender esta posición es Gálatas 3:28:
 
Gálatas 3:28
 
No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús.
 

 

Fuentes: " Femenino plural" Margarita Muñoz
Editorial Clie
 
XAbier Pikaza. "Las mujeres en la Biblia Judia"
 
Editorial Clie
 
Gran Diccionario enciclopédico de la Biblia
 
Editorial Clie
 

 
 




 



 


 
 
 
 

 

2 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo respecto a la marginación de las mujeres por parte de la Iglesia, Felcitaciones por el artículo!

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  2. Y como efecto colateral, se borra toda sombra de misoginia sobre el apóstol Pablo. Excelente artículo.

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