lunes, 27 de mayo de 2013

La Infanta casi duplicó su sueldo de 2007 a 2009, cuando cobró cerca de 320.000 euros

 

Las declaraciones de renta en poder del juez Castro muestran la fluctuación en los ingresos de la duquesa de Palma

| 24/05/2013 ( El plural)


Los ingresos netos de la Infanta Cristina pasaron de 229.301,45 euros en 2001 a un total de 325,963,46 en 2010, según se desprende de las declaraciones de la renta que la Agencia Tributaria (AEAT) ha aportado al juez instructor del caso Nóos, José Castro. Aunque el mayor salto, en cuanto a rendimientos del trabajo, se registró entre 2007, cuando cobró 162.320 euros, y 2009, cuando pasó a ganar un total de 319.260 euros.
Estos ingresos incluyen retribuciones dinerarias por rendimientos de trabajo y también otras actividades económicas no detalladas que van incrementándose a lo largo de los años desde los 75.000 euros en 2001 hasta los 139.050 de 2008, que es el último año en el que este concepto aparece desglosado. A partir del año 2009, el formato de la declaración sufre un cambio y no es posible hacer esa distinción entre lo recibido por “nómina” y por otro tipo de actividades, según técnicos tributarios consultados por Europa Press.
Declaraciones pedidas por el juez

Las tributaciones fueron entregadas después de que así lo solicitase el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, quien libró oficio a Hacienda para que informase de las diez últimas declaraciones del IRPF de la Infanta y de su marido, Iñaki Urdangarin. La documentación tanto de éste como de su esposa ya se encuentran incorporadas a la causa.
147.000 euros por rendimientos del trabajo
En concreto, la AEAT se remonta al año 2002 a la hora de analizar la tributación del Impuesto sobre la Renta por parte de la Infanta, un periodo en el que presentó como rendimientos del trabajo 147.000 euros, mientras que en el concepto de rendimientos de actividades económicas aparecen unos ingresos totales de 75. 547,23 euros. Ese mismo año los ingresos arrojan un resultado 220.416,60 euros a los que habría que sumar otro concepto, relacionado con ganancias patrimoniales por otros 8.884,85 euros.
Actividades económicas
En la declaración de 2003 los ingresos netos son de 286.011 euros, correspondiendo 150.000 euros a los rendimientos del trabajo y 76.504,77 a esas otras actividades económicas sin detallar. Un año más tarde, el neto percibido fue de 248.550 euros, correspondiendo 153.000 euros a rendimientos del trabajo y 83.250 a otras actividades económicas.
Creciendo
Los rendimientos por actividades económicas de Cristina de Borbón siguieron incrementándose en 2005, siendo ese año de 112.500 euros y quedando los reflejados en rendimientos del trabajo por un total de 156.060 eur

os. El ingreso neto total de ese año fue de 268.580,97 euros, según los citados documentos.
Inmuebles
En 2006, el neto fue de 282.237,23 euros. Ese año los rendimientos del trabajo arrojan un saldo de 159.180 euros mientras que los reflejados por actividades económicas ascienden a 124.050 euros. Ese mismo año aparece un apunte relacionado con la venta de un inmueble por 556.067 euros con una ganancia de 382.782,23 euros que no tributa al tratarse de un beneficio dirigido a la compra de otro inmueble.
Casi 290.000 euros
Un año más tarde, según las declaraciones de IRPF, los ingresos totales se situaron en 288.267,73 euros siendo los rendimientos de trabajo de 162.360 euros y lo obtenido por actividades económicas un total de 131.400 euros. Ya en 2008, que es el último ejercicio en el que se desglosa este concepto, por actividades económicas la Infanta declaró 139.050 euros y los ingresos netos se situaron en 295.927,03 euros.
Más de 50 millones de pesetas
A partir de 2009, las retribuciones dinerarias aparecen únicamente bajo el concepto de rendimientos del trabajo por un total de 311.169 euros situándose los ingresos netos declarados en 315.218,38 euros. En 2010 se reflejan 319.298,32 euros como retribuciones dinerarias procedentes de rendimiento del trabajo, ascendiendo el neto total declarado a 325.963,46 euros.
Declaración desde EEUU
En 2001, cuando ya se encontraba en Washington (EE:UU:), Cristina de Borbón presentó una declaración de no residentes donde únicamente aparece un apunte de 36.000 euros, que según fuentes consultadas por Europa Pr
ess podría estar relacionado con el alquiler a un ciudadano árabe del Palacio de Pedralbes.

El Papa condenó la corrupción y la “evasión fiscal egoísta”


Por Julio Algañaraz

En un discurso ante embajadores llamó a terminar con la “tiranía del dinero” y “la dictadura de una Economía sin rostro”. El Pontífice alentó a los gobernantes a estar al servicio del bien común y los pobres.

En su más crítico discurso al sistema financiero actual en plena crisis, el Papa denunció la “corrupción tentacular” existente en muchos países y la “evasión fiscal egoísta”. Llamó, además, a acabar con “la tiranía” del diner o y “la dictadura de una economía sin rostro ni verdadero objetivo humano”.
En un mensaje ante embajadores en la residencia vaticana de Santa Marta, donde reside, el Papa Francisco afirmó que “la ética da fastidio a quien adora el dinero”, reduciendo al ser humano “a una sola exigencia: el consumo”. No compartir los bienes propios con los pobres “significa robarlos y quitarles la vida”.
“En nombre de Cristo, el Papa tiene la obligación de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promoverlos. El Papa insta a la solidaridad desinteresada y a un retorno de la ética en favor del hombre en la realidad económica y financiera”, señaló.
Los pocos ricos son cada vez más ricos mientras la mayoría se debilita debido “a la deformidad de la economía y las finanzas”. “El ser humano es considerado un bien de consumo que se puede usar y tirar.

Hemos comenzado una cultura del descarte”, agregó Francisco.
El discurso del pontífice argentino causó un gran impacto en Europa, atravesada por una recesión generalizada, con muchos millones de desocupados y plena de dramas sociales. Jorge Bergoglio enfocó en forma exclusiva el tema de la necesidad de una reforma ética de la economía y las finanzas en favor de los pobres, en la ceremonia en la que cuatro embajadores de pequeños países, no residentes, le presentaron sus cartas credenciales.

Por primera vez en los dos meses de su pontificado iniciado el 13 de marzo, Francisco habló de las causas y consecuencias de la crisis financiera mundial. Dijo que “el origen último de la crisis financiera es una profunda crisis humana”. Comparó la situación con la adoración del becerro de oro en la antigüedad, “que ha encontrado una nueva y despiadada imagen en el culto al dinero y en la dictadura de una economía” que “no tiene rostro y carece de cualquier objetivo verdaderamente humano”.
La actual crisis mundial, la más grave de la posguerra, que se inició en 2007 con los quebrantos del sistema bancario norteamericano, ha acentuado los desequilibrios que favorecen a las rentas de una minoría “de manera exponencial”, que a su vez son provocados “por las ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera”.
Estas ideologías “niegan el derecho de control de los estados, encargados de salvaguardar el bien común”, afirmó en tono duro el Papa argentino.
Bergoglio señaló que se ha instaurado una nueva tiranía que impone de forma unilateral y sin remedio
“sus propias leyes y reglas”.

“La corrupción generalizada y la evasión fiscal egoísta han adquirido enormes dimensiones en todo el mundo”. Detrás de esta actitud “hay un rechazo de la ética, el rechazo de Dios”. La ética “también molesta, como la solidaridad. Se las considera contraproducentes: demasiado humanas, porque relativizan el dinero y el poder. Rechazan la manipulación y el sometimiento de la persona.
Dios es considerado por estos financieros, economistas y políticos como no manejable “e incluso peligroso, ya que llama al hombre a su plena realización y a la independencia de cualquier tipo de esclavitud”, denunció Francisco.

“El dinero debe servir y no gobernar”, agregó. Si no, “es la negación del primado del hombre”.
La ética “conduce a Dios”. Una ética “no ideológica, naturalmente”, que permite crear un equilibrio y un orden social más humanos”.
La Iglesia “alienta a los gobernantes a estar verdaderamente al servicio del bien común de sus poblaciones. Exhorta a los dirigentes de las realidades financieras a tomar en consideración la ética y la solidaridad”, destacó el Papa.
Francisco concluyó que “el objetivo es una nueva mentalidad política y económica que contribuirá a transformar la dicotomía absoluta entre la esfera económica y aquella social en una sana convivencia”.
El líder de los 1.200 millones de católicos del mundo dijo que existe una “necesidad de reforma financiera siguiendo lineamientos éticos” y que para ello será necesario “un valiente cambio de actitud en parte de los líderes políticos”.


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