miércoles, 26 de octubre de 2011

Un camionero chino aplasta al niño que atropelló para no pagar los gastos de su hospitalización





Hace una semana las imágenes del atropello de una niña china de dos años dieron la vuelta al mundo. La pequeña yacía en la calle ante la total indeferencia de los transeúntes después de que el conductor de la furgoneta que la golpeó reanudara la marcha sin ni siquiera bajar del vehículo. La niña entró en coma y murió pocos días después en un hospital.

Este martes se supo que otro niño chino perdió la vida en circunstancias similares, tras ser aplastado por un camión. El conductor del vehículo, Ao Yong, atropelló a Xiong Maoke, de cinco años, en la localidad de Luzhou, en el oeste de China. El pequeño acababa de salir de casa para ir a la escuela.

No se sabe si el impacto le mató. Sin embargo, el camionero no se lo pensó dos veces y dio marcha atrás para darle el golpe de gracia. Según informa el Mail Online, lo hizo para no pagar las facturas médicas que habría tenido que costear en caso de que el pequeño ingresara en un hospital. El pago de una indemnización en caso de muerte resulta más barato en un país que no ofrece atención médica gratuita a sus ciudadanos.

"Vi al camión dar marcha atrás y luego avanzar otra vez. Xiong quedó atrapado en la rueda durante unos metros más", relató Zhang Shifen, un hombre que asistió a la tragedia. La Policía afirmó que el camionero discutió durante siete horas con los familiares del niño para pactar una indemnización. Mientras, el cadáver de Xiong permaneció bloqueado bajo la rueda del camión.

Ao Yong niega haber matado al niño intencionadamente. Y la Policía admite que el camionero fue el primero en llamar a las autoridades tras el incidente, que ocurrió en la aldea de Yunfeng, en la provincia de Sichuan. Los habitantes del lugar exigieron una compensación inmediata al camionero, mientras la madre de la víctima permanecía sentada en un taburete ante el cadáver del pequeño Xiong.


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LA maldad es sinónimo de pecado, y éste durante todos los tiempos ha estado arraigado en el corazón de los hombres. La misericordia de Dios es manifiesta en el tiempo que le ha dado al hombre para que se vuelva de su maldad. El Apóstol Pedro lo dice claramente: “El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. (2ª de Pedro 3:9)

El profeta Malaquías nos lo advierte: “Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, el cual no les dejará ni raíz ni rama”. (4:1)

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