lunes, 25 de abril de 2011

Sr Queiruga: Dios sí castiga a los cristianos



"Que si nos examinásemos a nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados. Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el mundo." ( I Co 11: 31-32 )





Muy, pero que muy lejos tiene que llegar el cristiano pecando, para que pierda su salvación; pero no tiene que ir más lejos que cualquier otro que no sea cristiano, para recibir los castigos terrenales por sus pecados. Y yo diría que a veces va a recibir castigos todavía peores, porque el siervo que conoce la voluntad de su Señor y no la hace, será azotado mucho, como dice Jesucristo en Lc 12: 47. Dios no hace acepción de personas, según nos se nos enseña Pedro en Hch 10: 34, o sea, a igual pecado y circunstancias corresponde idéntico castigo.

"Porque el siervo que entendió la voluntad de su señor, y no se apercibió, ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho." ( Lc 12: 47 )

"Entonces Pedro, abriendo su boca, dijo: Por verdad hallo que Dios no hace acepción de personas" ( Hch 10: 34 )


El pecado tiene consecuencias terrenales y eternas. Ambas hay que sufrirlas. Si las eternas nos fueron perdonadas por la muerte de Cristo en la Cruz, luego de nuestro sincero arrepentimiento, no así las terrenales, que nos alcanzan, como hemos podido ver en I Co 11: 31-32. Lo mismo vemos en Heb 12: 6-8.

"Porque el Señor al que ama castiga, y azota a cualquiera que recibe por hijo. Si sufrís el castigo, Dios se os presenta como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no castiga? Mas si estáis fuera del castigo, del cual todos han sido hechos participantes, luego sois bastardos, y no hijos." ( Heb 12: 6-8 )


Hay quienes están en pecado, y a la vez están sufriendo angustias; y no quieren comprender la vinculación que existe entre sus pecados y sus angustias, creen que ellos tienen perdonados todos los pecados que cometieron y cometerán, mientras que, por otro lado, no se explican el porqué están sufriendo.


Es decir, que la gente que así piensa se imagina que Dios comete dos injusticias al mismo tiempo: por un lado piensan que Dios no castiga en el cristiano lo que sí castiga en los no cristianos; y por el otro lado, le envía al cristiano angustias sin que él dé el menor motivo para ello. ¡Hay que ser necio para pensar esto!


A mí me parece que los cristianos que piensan como Queiruga lo hacen como un dispositivo psicológico para su propia defensa, con el cual protegen sus concupiscencias. Ellos aman profundamente sus concupiscencias y no quieren dejarlas aunque les cueste sufrir. Tampoco quieren perder su salvación, a la que quizas solamente aman un poquito más que a sus concupiscencias. Como que saben o intuyen que el reconocer que Dios les está cobrando las cuentas, y persistir en pecar, puede convertirse en un rechazo al Espíritu Santo, y un pecado es imperdonable, prefieren "auto convencerse" de que no es eso lo que les está sucediendo, sino que lo que pasa es que sus pecados son perdonados inmediatamente después de ser cometidos, mientras que sus angustias y castigos, son motivados por algo "desconocido" para ellos. Por eso nos dan necias explicaciones como la de torres quieruga en el video tales como "son pruebas ", "son misterios ", "es que no puede haber felicidad en esta vida ", etc..


De esta manera se sienten artificialmente libres para seguir "gozando" de sus concupiscencias, sin por ello perder la salvación. Es un caso semejante al del borracho, el drogadicto, o el vicioso sexual, que aunque ve claramente los sufrimientos que le causan sus concupiscencias, prefieren soportar aquéllos y seguir "gozando" de éstas.

stá claro en el pasaje I Co 11: 31-32 que Dios castiga no sólo como método pedagógico, sino como penalidad, para satisfacer la justicia establecida en las reglasque nos ha dado para comportarnos.

Si siendo juzgados ( versículo 32 ) somos castigados, no somos castigados por enseñanza, sino por penalidad. Para enseñar no hay que hacer un juicio, éste se hace cuando se va a castigar a uno que delinque.

La misma doctrina nos es enseñada por el apóstol Pablo cuando en Ga 6: 7 y Col 3: 25 nos dice lo siguiente:

"No os engañéis, Dios no puede ser burlado, que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará." ( Ga 6: 7 )


"Mas el que hace injuria, recibirá la injuria que hiciere; que no hay acepción de personas." ( Col 3: 25 )

A pesar de todos estos claros pasajes Torres Queiruga piesa que Dios no castiga a los cristianos. Hablándoles Pablo a los cristianos, y refiriéndose a ellos, les dice que ninguno engañe a su hermano. El apóstol le dice a un cristiano que no oprima ni engañe a otro cristiano, porque el Señor se venga de todo eso. Venganza es castigo, no educación, y en este versículo vemos que ese castigo se les aplica a los cristianos también. Es lógico que así sea, pues Dios no hace acepción de personas.

"Que ninguno oprima, ni engañe en nada a su hermano, porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y protestado." ( I Tes 4: 6 )


No sólo hay corrección para reeducación, también hay venganza para castigo, sin reeducación, necesariamente. Y si todo esto nos ocurre a los cristianos, los cuales seremos salvos, es lógico pensar que esa venganza ocurre contra nosotros aquí y ahora, pues después de la resurrección ya no habrá castigos para nosotros. Vemos en el versículo que acabamos de leer, que Pablo ya le había hablado antes sobre este asunto a los tesalonicenses, porque les dice que ya se los había dicho y protestado. Al usar la palabra "protestado", nos da la sensación de que era una seria advertencia, tal vez porque no le habían hecho mucho caso a esta verdad.


Algo parecido hace Torres Queiruga al creer que el Señor no castiga a los cristianos. Más vale que despierten a tiempo, para que luego, cuando los castigos les caigan encima, no se pongan a vocear la necedad que tan comúnmente escuchamos: "son pruebas, ", "son misterios ".


Dios no sólo existe sino que también interviene en nuestra vida para bien. En esta vida, como buen Padre, el Señor también ha de “castigar” a menudo a sus hijos, interviene en la educación de los mismos, en el sentido de corregirlos para su bien. En esta perspectiva hay que entender el “castigo” como “corrección”.


Los “castigos” del Señor siempre brotan de su misericordia y de su justicia y son para salvación de los que en Él confían. De este modo, muchas intervenciones de Dios se realizan para salvarnos del “castigo” de los hombres. David, acertadamente, puesto a elegir a la hora de ser castigado, “prefirió caer en manos de Dios y no en manos de los hombres”.


En el video se puede ver como Torres Queiruga niega el que Dios nos castigue y pone en duda la oración de peticion:

http://www.youtube.com/embed/XqSRV2WUzPM


De David seguiremos hablando en los proximos días.

1 comentario:

  1. GRACIAS ANDRÉS TORRES QUEIRUGA POR AYUDARME A CRECER EN LA FE. INFINITAS GRACIAS.

    ResponderEliminar